jueves, 22 de enero de 2015

Medinaceli pide amparo al Obispado por problemas con su párroco

En una acción inusual, la Cofradía del Medinaceli, con sede en la parroquia de Santo Tomás de Aquino, en la zona de Martiricos, ha promovido la remisión de un escrito dirigido al obispo, Jesús Catalá, en el que le piden amparo ante la «animadversión» que, según apuntan en la carta, el párroco del templo desde el pasado mes de septiembre, Juan Manuel González, «sostiene contra la cofradía». En este documento, al que ha tenido acceso este periódico, se precisa que esta animadversión se demuestra «día tras días, con sus acciones para con nosotros, amenazándonos desde el primer momento con poner en la calle a los titulares».

En el escrito se señala que el sacerdote impide el uso de una oficina de la parroquia que fue acondicionada por la cofradía, que mantiene apagado el lamparario que existe en la capilla de las imágenes, y que dificulta la labor de albaceas y camareras. Además, se apunta que este cura les ha culpado de pintadas efectuadas en los muros exteriores de la iglesia y de colocar pegamento en las cerraduras, «sin tener en cuenta que es precisamente la cofradía la que en los últimos diez años se ha encargado de su conservación y pintura».

«Desde la cofradía hemos realizado todo lo que está en nuestra mano para revertir esta situación, manteniendo con él algunas reuniones, sin que hasta el momento presente ninguna muestra de acercamiento hacia otra comunidad que no sea la que él practica», precisa la nota, en la que también se sostiene que los únicos grupos que son bien acogidos en el templo son los del movimiento neocatecumenal.

El hermano mayor del Medinaceli, Enrique Martín, explicó que el escrito está avalado por quinientas firmas y que responde a la necesidad de que el Obispado intervenga para evitar «situaciones que puedan agravarse». «Nos invita todos los días a irnos de la parroquia, no respeta a la cofradía, no quiere a las imágenes, nos boicotea», expuso Martín, quien indicó que están haciendo gestiones para conseguir la cesión de unos locales en el barrio para poder repartir las túnicas cara a la procesión del Viernes de Dolores.

Por su parte, el párroco aseguró a este periódico no tener conocimiento del escrito remitido al Obispado y afirmó que todas las quejas de la cofradía son «calumnias». «Se ha extendido por el barrio es que yo quiero echar a las imágenes de aquí, lo cual es falso, porque si quisiera echarlas, lo habría hecho hace cuatro meses cuando llegué», dijo Juan Manuel González, quien añadió que la cofradía ocupa un almacén dentro de la sacristía, algo que para él supone «una molestia enorme», pero que su intención nunca ha sido echarlos. «Sí les he pedido que se tienen que someter a un horario parroquial, pero nunca lo han aceptado. Ellos tienen que saber que están acogidos en caridad, porque la parroquia no tiene ninguna obligación con la cofradía, la única es tener las imágenes al culto», indicó.

«Podría denunciar las irregularidades que comete la cofradía, pero no lo he querido hacer porque no me parece una actitud cristiana, aunque parece que ellos de cristianismo tienen muy poco», comentó el cura, quien al ser preguntado por si es cierto que tiene simpatía por los movimientos neocatecumenales contestó: «Tengo simpatía por ser cristiano».

Pasión del Sur

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